19 de julio de 2009

ANIVERSARIO DEL APAGON DE LEDESMA

A 33 años del Apagón de Ledesma, recordamos al ex intendente que desafió a los Blaquier:

LUIS AREDEZ.
Recogiendo la iniciativa del intelectual entrerriano Enrique Pereira, Nuevos Derechos del Hombre ha iniciado una investigación sobre la desaparición del médico y político (UCR) Luís Arédez que había sido intendente hasta el golpe de Estado de 1976, de la localidad de Libertador San Martín, Jujuy, elegido por un frente electoral.
Arédez fue secuestrado por primera vez en la madrugada del mismo día del golpe de Estado, el 24 de marzo de 1976, por una patrulla militar que se trasladaba en una camioneta del Ingenio Ledesma, manejada por un empleado del mismo llamado Juan de la Cruz Kairuz, ex jugador de fútbol del club Atlanta. El Área represiva de la zona era la 323 cuyo jefe era el coronel Carlos Néstor Bulacio que había actuado en el Operativo Independencia que, entre muchas tropelías cometidas en la provincia de Tucumán, asesinó al destacado dirigente de la UCR, Angel Pisarello y destruyó con explosivos la sede del Comité de la Provincia que este presidía. Arédez estuvo desaparecido dos meses. Y luego, como preso legalizado, fue llevado primero a la cárcel de Villa Gorriti en San Salvador de Jujuy y después al penal de La Plata. El traslado de Arédez y de otros numerosos presos políticos, se hizo en un avión Hércules. Los hombres fueron alojados en La Plata y las mujeres en Villa Devoto. Cuando el médico fue liberado un año más tarde volvió a Libertador San Martín y reanudó el ejercicio de la medicina como pediatra en el Hospital Escolástico Zagada en la localidad de Fraile Pintado a 15 kms. de su residencia.
El viernes 13 de mayo de 1977 cuando Arédez regresaba en su auto de Fraile Pintado a su domicilio fue secuestrado nuevamente. Su vehículo apareció abandonado en el Jardín Botánico en Buenos Aires. Desde entonces permanece desaparecido. Según se ha sabido, junto con otros secuestrados de Libertador General San Martín y de Calilegua, que en su mayoría eran trabajadores de la empresa Ledesma, fueron trasladados al centro clandestino de Guerrero, uno de los dos que existieron en la provincia de Jujuy; el otro fue la Jefatura de Policía. La custodia del centro de Guerrero estaba a cargo del Ejército por la mañana, de la policía por la tarde y de la gendarmería por la noche. Ahí fue visto por el detenido Humberto Campos (legajo 2545 de la Conadep). El testigo dice que los secuestrados en Guerrero, como el Dr. Arédez, estaban en muy malas condiciones físicas ya que presentaban cuadros de gangrena en los ojos, manos y piernas y que varios de ellos deliraban. El Area represiva 323 que actuaba en Jujuy dependía del Comando del III Cuerpo de Ejército, a cargo del general Luciano Benjamín Menéndez. El interventor de la dictadura en la provincia de Jujuy era el general Fernando Urdapilleta.
Tras la desaparición, el Dr. Arturo Oñativia, que fuera ministro de Salud Pública en el gobierno de Arturo Illia, habría hecho infructuosas gestiones para conocer su paradero, lo mismo que el propio Illia y Ricardo Balbín, presidente del Comité Nacional de la UCR, quien conectó a la familia con un abogado, que le dictó por teléfono el texto del primer recurso de hábeas corpus que se presentó en Jujuy. Un año después de la desaparición del Dr. Arédez, en junio de 1977, se hizo otro procedimiento ilegal en el domicilio de la familia. Formó parte del grupo represor en esta ocasión el mismo Juan de la Cruz Kairuz que manejaba la camioneta del ingenio Ledesma en el primer secuestro. Los familiares del médico, han brindado testimonio de la participación de este sujeto.
Luís Ramón Arédez, nacido en el Ingenio La Corona de Tucumán el 21 de noviembre de 1929, era hijo de Luís Ramón Arédez y de Esperanza Eulalia Sagues, esta nacida en Barcelona, España. Se graduó de médico en la Universidad Nacional de Córdoba. Se casó en Villa La Trinidad, Tucumán, con Olga del Valle Márquez, odontóloga y profesora, fallecida en 2005. En Córdoba, en la localidad de Las Peñas comenzó su ejercicio profesional. Ahí nacieron sus dos primeras hijas Olga y Adriana y una tercera que falleció porco después. En 1958 fue contratado por el ingenio Ledesma, donde nace su tercer hijo Luís Ramón. Al año siguiente fue dejado cesante por la empresa, quien habría tenido en cuenta para hacerlo, la disconformidad con los altos costos de la lucha emprendida por el médico contra la excesiva mortalidad infantil que se producía durante las zafras. En señal de protesta los obreros pararon sus tareas y Arédez fue reintegrado a sus funciones. No obstante, concluida la zafra, cuando los trabajadores volvieron a sus lugares de origen, especialmente en Bolivia, fue despedido en forma definitiva. Presidía la empresa Ledesma en ese entonces el Dr. Carlos Pedro Blaquier, quien, como amigo del gral. Perón, voló en el charter que trajo al mismo a la Argentina, después de su exilio en España.
Después de su cesantía en Ledesma, Arédez fue designado director del hospital Salvador Maza en Tilcara, localidad donde nace su último hijo, al que en homenaje al Dr. Balbín le pusieron el nombre de Ricardo Ariel. Cuando fue elegido intendente en los comicios de 1973, Arédez amplio el ejido urbano de Libertador General San Martín, con lo que el ingenio Ledesma tuvo que pagar impuestos, aunque solo lo hizo en una ocasión. Su desaparición se está investigando (2008) en la causa “Arédez Luís Ramón s/ desaparición. Expediente No 159 Letra A”, del Juzgado Federal No. 2 de Jujuy.

Hipólito Solari Yrigoyen.
PARA SABER MAS DEL APAGÓN DE LEDESMA TE RECOMENDAMOS LA PELI: DIABLO, FAMILIA Y PROPIEDAD.

18 de julio de 2009

FINO PALACIOS



La designación al frente de la Policía Metropolitana del comisario retirado Palacios muestra el verdadero rostro del gobierno de Mauricio Macri.
Es sugestivo que el anuncio se haga inmediatamente después de las elecciones, aunque no evitó que siete de cada diez porteños se pronuncien en contra de sus políticas de exclusión.
Habría que asumir que la Policía es una parte del problema de la seguridad, y no una solución mágica como nos quieren hacer creer.
La Ciudad de Buenos Aires necesita una fuerza de seguridad ligada a la prevención del delito y la investigación de las mafias; no a la represión del conflicto social y a la corrupción.
Los antecedentes de Palacios (vinculado con represores, la causa AMIA, la represión del 20 de diciembre de 2001 y el secuestro de Axel Blumberg) muestran que Macri eligió la segunda opción.
Macri quiere un órgano de represión propio para poder extender las políticas de exclusión social.

16 de julio de 2009

UN AMIGO PARA MAURICIO

Sumate a la cadena de mails por el "día del amigo", que hace referencia a la incapacidad de Mauricio Macri de armar espacios políticos duraderos.
Menem, Duhalde, Lopez Murphy, Blumberg, Sobisch, Sola. Macri siempre apuesta a relaciones en donde saca todo lo que puede del otro , y una vez que ya no le sirve más lo olvida y lo deja al costado del camino.
Construye a partir de lo peor, usando las reglas del mercado para la política.
A pesar de que se presentan como grandes ganadores de las elecciones pasadas, 7 de cada 10 porteños tiene la sensación de que el Pro no es el espacio político que los representa. Vamos a demostrarles que hay una alternativa socialdemócrata para la Ciudad.

REENVÍALO A TODOS TUS CONTACTOS.
NO SEA COSA QUE LA MALA SUERTE CAIGA SOBRE NOSOTROS Y NOS SIGA GOBERNANDO.

CELEBRACION DE LA AMISTAD.

En los suburbios de La Habana, llaman al amigo mi tierra o mi sangre.
En Caracas, el amigo es mi pana o mi llave: pana por panaderia, la fuente del buen pan para las hambres del alma; y llave por...
-Llave por llave -me dice Mario Benedetti.
Y mecuenta que cuando vivía en Buenos Aires en los tiempos del terror, él llevaba cinco llaves ajenas en su llavero. Cinco llaves, de cinco casas, de cinco amigos: las llaves que lo salvaron.
Eduardo Galeano.

HONDURAS

Muere el golpe o mueren las constituciones.Fidel Castro.
Los países de América Latina luchaban contra la peor crisis financiera de la historia dentro de un relativo orden institucional.
Cuando el Presidente de Estados Unidos Barack Obama, de viaje en Moscú para abordar temas vitales en materia de armas nucleares, declaraba que el único presidente constitucional de Honduras era Manuel Zelaya, en Washington la extrema derecha y los halcones maniobraban para que éste negociara el humillante perdón por las ilegalidades que le atribuyen los golpistas.
Era obvio que tal acto significaría ante los suyos y ante el mundo su desaparición de la escena política.
Está probado que cuando Zelaya anunció que regresaría el 5 de julio, estaba decidido a cumplir su promesa de compartir con su pueblo la brutal represión golpista.
Con el Presidente viajaban Miguel d´Escoto, presidente pro témpore de la Asamblea General de la ONU, y Patricia Rodas, la canciller de Honduras, así como un periodista de Telesur y otros, hasta 9 personas. Zelaya mantuvo su decisión de aterrizar. Me consta que en pleno vuelo, cuando se aproximaba a Tegucigalpa, se le informó desde tierra sobre las imágenes de Telesur, en el instante que la enorme masa que lo esperaba en el exterior del aeropuerto, estaba siendo atacada por los militares con gases lacrimógenos y fuego de fusiles automáticos.
Su reacción inmediata fue pedir altura para denunciar los hechos por Telesur y demandar a los jefes de aquella tropa que cesara la represión. Después les informó que procedería al aterrizaje. El alto mando ordenó entonces obstruir la pista. En cuestión de segundos vehículos de transporte motorizados la obstruyeron.
Tres veces pasó el Jet Falcon, a baja altura, por encima del aeropuerto. Los especialistas explican que el momento más tenso y peligroso para los pilotos es cuando naves rápidas y de poco porte, como la que conducía al Presidente, reducen la velocidad para hacer contacto con la pista. Por eso pienso que fue audaz y valiente aquel intento de regresar a Honduras.
Si deseaban juzgarlo por supuestos delitos constitucionales, ¿por qué no le permitieron aterrizar?
Zelaya sabe que estaba en juego no solo la Constitución de Honduras, sino también el derecho de los pueblos de América Latina a elegir a sus gobernantes.
Honduras es hoy no solo un país ocupado por los golpistas, sino además un país ocupado por las fuerzas armadas de Estados Unidos.
La base militar de Soto Cano, conocida también por su nombre de Palmerola, ubicada a menos de 100 kilómetros de Tegucigalpa, reactivada en 1981 bajo la administración de Ronald Reagan, fue la utilizada por el coronel Oliver North cuando dirigió la guerra sucia contra Nicaragua, y el Gobierno de Estados Unidos dirigió desde ese punto los ataques contra los revolucionarios salvadoreños y guatemaltecos que costaron decenas de miles de vidas.
Allí se encuentra la “Fuerza de Tarea Conjunta Bravo” de Estados Unidos, compuesta por elementos de las tres armas, que ocupa el 85 por ciento del área de la base. Eva Golinger divulga su papel en un artículo publicado en el sitio digital Rebelión el 2 de julio de 2009, titulado “La base militar de Estados Unidos en Honduras en el centro del golpe”. Ella explica que “la Constitución de Honduras no permite legalmente la presencia militar extranjera en el país. Un acuerdo ‘de mano’ entre Washington y Honduras autoriza la importante y estratégica presencia de los cientos de militares estadounidenses en la base, por un acuerdo ‘semi-permanente’. El acuerdo se efectuó en 1954 como parte de la ayuda militar que Estados Unidos ofrecía a Honduras… el tercer país más pobre del hemisferio.” Ella añade que “…el acuerdo que permite la presencia militar de Estados Unidos en el país centroamericano puede ser retirado sin aviso”.
Soto Cano es igualmente sede de la Academia de la Aviación de Honduras. Parte de los componentes de la fuerza de tarea militar de Estados Unidos está integrada por soldados hondureños.
¿Cuál es el objetivo de la base militar, los aviones, los helicópteros y la fuerza de tarea de Estados Unidos en Honduras? Sin duda que sirve únicamente para emplearla en Centroamérica. La lucha contra el narcotráfico no requiere de esas armas.
Si el presidente Manuel Zelaya no es reintegrado a su cargo, una ola de golpes de Estado amenaza con barrer a muchos gobiernos de América Latina, o quedarán éstos a merced de los militares de extrema derecha, educados en la doctrina de seguridad de la Escuela de las Américas, experta en torturas, la guerra psicológica y el terror. La autoridad de muchos gobiernos civiles en Centro y Suramérica quedaría debilitada. No están muy distantes aquellos tiempos tenebrosos. Los militares golpistas ni siquiera le prestarían atención a la administración civil de Estados Unidos. Puede ser muy negativo para un presidente que, como Barack Obama, desea mejorar la imagen de ese país. El Pentágono obedece formalmente al poder civil. Todavía las legiones, como en Roma, no han asumido el mando del imperio.
No sería comprensible que Zelaya admita ahora maniobras dilatorias que desgastarían las considerables fuerzas sociales que lo apoyan y solo conducen a un irreparable desgaste.
El Presidente ilegalmente derrocado no busca el poder, pero defiende un principio, y como dijo Martí: “Un principio justo desde el fondo de una cueva puede más que un ejército.”

Honduras: la futilidad del golpe. Atilio Boron.

La historia se repite, y muy probablemente concluya de la misma manera. El golpe de estado en Honduras es una re-edición del que se perpetrara en Abril del 2002 en Venezuela y del que fuera abortado ante la fulminante reacción de varios gobiernos de la región en Bolivia el año pasado. Un presidente violentamente secuestrado en horas de la madrugada por militares encapuchados, siguiendo al pie de la letra lo indicado por el Manual de Operaciones de la CIA y la Escuela de las Américas para los escuadrones de la muerte; una carta de renuncia apócrifa que se dio a conocer con el propósito de engañar y desmovilizar a la población y que fue de inmediato retransmitida a todo el mundo por la CNN sin antes confirmar la veracidad de la noticia; la reacción del pueblo que conciente de la maniobra sale a la calle a detener los tanques y los vehículos del Ejército a mano limpia y a exigir el retorno de Zelaya a la presidencia; el corte de la energía eléctrica para impedir el funcionamiento de la radio y la televisión y sembrar la confusión y el desánimo. Como en Venezuela, ni bien encarcelaron a Hugo Chávez los golpistas instalaron un nuevo presidente: Pedro Francisco Carmona, a quien la inventiva popular lo rebautizó como “el efímero.” Quien desempeña su rol en Honduras es el presidente del Congreso unicameral de ese país, Roberto Micheletti, quien juró este domingo como mandatario provisional y sólo un milagro le impediría correr la misma suerte que su predecesor venezolano.
Lo ocurrido en Honduras pone de manifiesto la resistencia que provoca en las estructuras tradicionales de poder cualquier tentativa de profundizar la vida democrática. Bastó que el Presidente Zelaya decidiera llamar a una consulta popular -apoyada con la firma de más de 400.000 ciudadanos- sobre una futura convocatoria a una Asamblea Constitucional para que los distintos dispositivos institucionales del estado se movilizaran para impedirlo, desmintiendo de ese modo su supuesto carácter democrático: el Congreso ordenó la destitución del presidente y un fallo de la Corte Suprema convalidó el golpe de estado. Fue nada menos que este tribunal quien emitió la orden de secuestro y expulsión del país del Presidente Zelaya, prohijando como lo hizo a lo largo de toda la semana la conducta sediciosa de las Fuerzas Armadas.
Zelaya no ha renunciado ni ha solicitado asilo político en Costa Rica. Fue secuestrado y expatriado, y el pueblo ha salido a la calle a defender a su gobierno. Las declaraciones que logran salir de Honduras son clarísimas en ese sentido, especialmente la del líder mundial de Vía Campesina, Rafael Alegría. Los gobiernos de la región han repudiado al golpismo y en el mismo sentido se ha manifestado Barack Obama al decir que Zelaya "es el único presidente de Honduras que reconozco y quiero dejarlo muy claro". La OEA se expresó en los mismos términos y desde la Argentina la Presidenta Cristina Fernández declaró que "vamos a impulsar una reunión de Unasur, aunque Honduras no forma parte de ese organismo, y vamos a exigir a la OEA el respeto de la institucionalidad y la reposición de Zelaya, además garantías para su vida, su integridad física y la de su familia, porque eso es fundamental, porque es un acto de respeto a la democracia y a todos los ciudadanos.”
La brutalidad de todo el operativo lleva la marca indeleble de la CIA y la Escuela de las Américas: desde el secuestro del Presidente, enviado en pijama a Costa Rica, y el insólito secuestro y la golpiza propinada a tres embajadores de países amigos: Nicaragua, Cuba y Venezuela, que se habían acercado hasta la residencia de la Ministra de Relaciones Exteriores de Honduras, Patricia Rodas, para expresarle la solidaridad de sus países, pasando por el ostentoso despliegue de fuerza hecha por los militares en las principales ciudades del país con el claro propósito de aterrorizar a la población. A última hora de la tarde impusieron el toque de queda y existe una estricta censura de prensa, pese a lo cual no se conoce declaración alguna de la Sociedad Interamericana de Prensa (siempre tan atenta ante la situación de los medios en Venezuela, Bolivia y Ecuador) condenando este atentado contra la libertad de prensa.
No está demás recordar que las fuerzas armadas de Honduras fueron completamente restructuradas y “re-educadas” durante los años ochentas cuando el Embajador de EEUU en Honduras era nada menos que John Negroponte, cuya carrera “diplomática” lo llevó a cubrir destinos tan distintos como Vietnam, Honduras, México, Irak para, posteriormente, hacerse cargo del super-organismo de inteligencia llamado Consejo Nacional de Inteligencia de su país. Desde Tegucigalpa monitoreó personalmente las operaciones terroristas realizadas contra el gobierno Sandinista y promovió la creación del escuadrón de la muerte mejor conocido como el Batallón 316 que secuestró, torturó y asesinó a centenares de personas dentro de Honduras mientras en sus informes a Washington negaba que hubiera violaciones de los derechos humanos en ese país. En su momento el Senador estadounidense John Kerry demostró que el Departamento de Estado había pagado 800 mil dólares a cuatro compañías de aviones de carga pertenecientes a grandes narcos colombianos para que transportasen armas para los grupos que Negroponte organizaba y apoyaba en Honduras. Estos pilotos testificaron bajo juramento confirmando las declaraciones de Kerry. La propia prensa estadounidense informó que Negroponte estuvo ligado al tráfico de armas y de drogas entre 1981 a 1985 con el objeto de armar a los escuadrones de la muerte, pero nada interrumpió su carrera. Esas fuerzas armadas son las que hoy depusieron a Zelaya. Pero la correlación de fuerzas en el plano interno e internacional es tan desfavorable que la derrota de los golpistas es sólo cuestión de (muy poco) tiempo.


8 de julio de 2009

¿SABES QUIEN ES "EL FINO" PALACIOS? MACRI SI!

PINTADAS CONTRA EL NUEVO JEFE DE LA POLICIA METROPOLITANA "EL FINO" PALACIOS.