A QUIEN NOS ENSEÑO LA IMPORTANCIA DE LA BATALLA DE IDEAS; Y A
CONVERTIR ESAS IDEAS EN BANDERAS.
A QUIEN NOS ENSEÑO A DEFENDERLAS, A ADORNAR LOS CIELOS Y SECAR ALGUNA QUE OTRA LAGRIMA CON ELLAS.
Por él las cosimos, las pintamos, las levantamos, y las flameamos AUN CON VIENTO EN CONTRA.
El Ya no podrá gritarla más pero flamea: es bandera
Ya no podrá empuñarla más pero la empuja, porque es viento
Un viento de banderas….
Gracias RAUL
Que cosa, que aquel que lucho tanto por la vida, hoy tenga que toparse de esta forma con la muerte.
Siempre supimos que este momento iba a llegar, y creo que desde hace un tiempo lo sentimos con más fuerza. Sin embargo acá estamos, sin encontrar más palabras que consternados o rabiosos. Recién estamos empezando a dimensionar lo que significa su ausencia; y por ende a redescubrir el significado profundo de lo que fue su presencia.
Ya no será lo mismo, se extrañará esa impronta que le daba a las cosas, su manera de pensar / decir / hacer política.
Nosotros como jóvenes lo vamos a sentir porque somos la generación que nos hicimos radicales aprendiendo a recitar el preámbulo de la Constitución Nacional. Los que comenzamos a formarnos con los últimos ecos de la contradicción fundamental –pueblo antipueblo-; con el discurso de Parque Norte y su apelación permanente a la construcción de sujetos democráticos, a partir de una democracia participativa, la ética de la solidaridad y la modernización con justicia social.
Aprendimos de él a tomar la militancia política como una forma de vida, como una construcción colectiva, y como una herramienta de transformación social.
Comprendimos la política como el arte de lo imposible “porque si fuera solo el arte de lo posible seria el arte de la resignación”; como la posibilidad de convertir las utopías en realidades porque “las utopías de hoy son las realidades de mañana”.
Siempre decía “No sigan hombres sigan ideas”, poniendo en el centro de la política el concepto de batalla cultural.
Valores como libertad, igualdad, solidaridad que trató de llevar adelante durante su gobierno, logrando avances en materia institucional (normalización de partidos políticos, organizaciones gremiales, universidad, fin de censura, etc.); en Derechos Humanos (derogación de la autoamnistía, creación de la CONADEP, juicio a las juntas, etc.); en lo social (Plan Alimentario Nacional, Congreso Pedagógico, Plan de Alfabetización); y en lo Cultural (Ley de Divorcio, Ley de Patria Potestad).
Sin embargo la suerte de la consolidación de la democracia quedó marcada a fuego por el neoliberalismo –al que se opuso de manera quijotesca- que mediante una fuerte penetración cultural logró imponer su escala de valores y provocar el cambio mas regresivo en las estructuras económicas y sociales.
En los últimos años se lo vio tratando de generar una alternativa que renueve la agenda política de la socialdemocracia, a partir de una revolución educativa, la democratización económica y la aplicación de políticas sociales universales.
¿Qué significa entonces para nosotros la figura de Raúl Alfonsín?
Es la representación de lo que conseguimos y lo que nos queda por conquistar en esta democracia.
Es parte de los recuerdos pero fundamentalmente de los sueños que tenemos. Es en definitiva QUIEN CONDENSA MEJOR NUESTRA HERENCIA, NUESTROS SUEÑOS Y NUESTRA LUCHA.
Parafraseando a Cervantes los que sueñan sin luchar en sueños quedan, y las luchas sin sueños no valen la pena ser dadas. Todavía nos quedan molinos, y ya se ha ido nuestro quijote. No importa, Raúl somos tus lanzas, de pie para seguir dando batalla por el socialismo y la democracia.
CONVERTIR ESAS IDEAS EN BANDERAS.
A QUIEN NOS ENSEÑO A DEFENDERLAS, A ADORNAR LOS CIELOS Y SECAR ALGUNA QUE OTRA LAGRIMA CON ELLAS.
Por él las cosimos, las pintamos, las levantamos, y las flameamos AUN CON VIENTO EN CONTRA.
El Ya no podrá gritarla más pero flamea: es bandera
Ya no podrá empuñarla más pero la empuja, porque es viento
Un viento de banderas….
Gracias RAUL
Que cosa, que aquel que lucho tanto por la vida, hoy tenga que toparse de esta forma con la muerte.
Siempre supimos que este momento iba a llegar, y creo que desde hace un tiempo lo sentimos con más fuerza. Sin embargo acá estamos, sin encontrar más palabras que consternados o rabiosos. Recién estamos empezando a dimensionar lo que significa su ausencia; y por ende a redescubrir el significado profundo de lo que fue su presencia.
Ya no será lo mismo, se extrañará esa impronta que le daba a las cosas, su manera de pensar / decir / hacer política.
Nosotros como jóvenes lo vamos a sentir porque somos la generación que nos hicimos radicales aprendiendo a recitar el preámbulo de la Constitución Nacional. Los que comenzamos a formarnos con los últimos ecos de la contradicción fundamental –pueblo antipueblo-; con el discurso de Parque Norte y su apelación permanente a la construcción de sujetos democráticos, a partir de una democracia participativa, la ética de la solidaridad y la modernización con justicia social.
Aprendimos de él a tomar la militancia política como una forma de vida, como una construcción colectiva, y como una herramienta de transformación social.
Comprendimos la política como el arte de lo imposible “porque si fuera solo el arte de lo posible seria el arte de la resignación”; como la posibilidad de convertir las utopías en realidades porque “las utopías de hoy son las realidades de mañana”.
Siempre decía “No sigan hombres sigan ideas”, poniendo en el centro de la política el concepto de batalla cultural.
Valores como libertad, igualdad, solidaridad que trató de llevar adelante durante su gobierno, logrando avances en materia institucional (normalización de partidos políticos, organizaciones gremiales, universidad, fin de censura, etc.); en Derechos Humanos (derogación de la autoamnistía, creación de la CONADEP, juicio a las juntas, etc.); en lo social (Plan Alimentario Nacional, Congreso Pedagógico, Plan de Alfabetización); y en lo Cultural (Ley de Divorcio, Ley de Patria Potestad).
Sin embargo la suerte de la consolidación de la democracia quedó marcada a fuego por el neoliberalismo –al que se opuso de manera quijotesca- que mediante una fuerte penetración cultural logró imponer su escala de valores y provocar el cambio mas regresivo en las estructuras económicas y sociales.
En los últimos años se lo vio tratando de generar una alternativa que renueve la agenda política de la socialdemocracia, a partir de una revolución educativa, la democratización económica y la aplicación de políticas sociales universales.
¿Qué significa entonces para nosotros la figura de Raúl Alfonsín?
Es la representación de lo que conseguimos y lo que nos queda por conquistar en esta democracia.
Es parte de los recuerdos pero fundamentalmente de los sueños que tenemos. Es en definitiva QUIEN CONDENSA MEJOR NUESTRA HERENCIA, NUESTROS SUEÑOS Y NUESTRA LUCHA.
Parafraseando a Cervantes los que sueñan sin luchar en sueños quedan, y las luchas sin sueños no valen la pena ser dadas. Todavía nos quedan molinos, y ya se ha ido nuestro quijote. No importa, Raúl somos tus lanzas, de pie para seguir dando batalla por el socialismo y la democracia.