La designación al frente de la Policía Metropolitana del comisario retirado Palacios muestra el verdadero rostro del gobierno de Mauricio Macri.
Es sugestivo que el anuncio se haga inmediatamente después de las elecciones, aunque no evitó que siete de cada diez porteños se pronuncien en contra de sus políticas de exclusión.
Habría que asumir que la Policía es una parte del problema de la seguridad, y no una solución mágica como nos quieren hacer creer.
La Ciudad de Buenos Aires necesita una fuerza de seguridad ligada a la prevención del delito y la investigación de las mafias; no a la represión del conflicto social y a la corrupción.
Los antecedentes de Palacios (vinculado con represores, la causa AMIA, la represión del 20 de diciembre de 2001 y el secuestro de Axel Blumberg) muestran que Macri eligió la segunda opción.
Macri quiere un órgano de represión propio para poder extender las políticas de exclusión social.
18 de julio de 2009
FINO PALACIOS
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