13 de diciembre de 2008

MARCHA POR LA REDISTRIBUCION DE LA RIQUEZA.

Luego de un extenso recorrido a lo largo de la Avenida Rivadavia, la nutrida columna colmó la Plaza de Mayo esta tarde al grito de “El hambre es un crimen, lo vamos a parar”. Trabajadores de todo el país, junto a integrantes de cientos de organizaciones barriales y territoriales, representantes de organismos de derechos humanos y partidos políticos se unieron en el reclamo de la Central de Trabajadores de la Argentina y del Movimiento Nacional de los Chicos del Pueblo.
A medida que iban entrando a la plaza, las columnas eran nombradas por los conductores, que desde el escenario podían vislumbrar como serpenteaban las banderas y los chalecos de todos los colores. Los chicos estuvieron bajo el palco principal, acompañados por los educadores del Movimiento y los abrazos y caricias de los miles que se acercaban hasta ellos. Atrás quedaron las más de 40 cuadras caminadas bajo la resolana del verano porteño.
El primer orador del acto fue el secretario general adjunto de la CTA, y titular de la Asociación Trabajadores del Estado (ATE-CTA), organización que cumplió hoy un paro nacional de 24 horas. Pablo Micheli reconoció que “hoy estamos aquí, felices, porque los trabajadores asumimos el compromiso de abrazar a nuestros pibes. Y lo hacemos a pesar de la tristeza que nos genera que los golpeen, la tristeza que nos da los secuestros y las torturas. Lo que pasa es que no se bancan que desenmascaremos un país que se construye sobre 13 millones de pobres, la mayoría de ellos chicos”.
El dirigente también indicó que “el hambre es un crimen, que el hambre está planificado” y expresó: “Para que el hambre exista en este país, que está hecho de pan, tienen que haberlo inventado. El hambre es inherente a este sistema capitalista, y tiene responsables, que tienen nombre y apellido. Esos son los verdaderos criminales. Y también están los responsables, los que no aplican políticas universales que terminen con el hambre. Los responsables son los gobiernos que no quieren distribuir equitativamente la riqueza que generamos entre todos”.
Finalmente, y citando al poeta chileno Pablo Neruda, Micheli concluyó: “Evitemos la muerte en suaves cuotas, porque estar vivos exige un esfuerzo mucho más grande que respirar. Por eso, nosotros decimos hoy acá que no sólo vamos a respirar, sino que vamos a luchar hasta vencer”.


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