24 de mayo de 2011

TALLER DE PENSAMIENTO ALFONSINISTA

MUY PRONTO !!! UNA NUEVA EDICIÓN DEL TALLER DE PENSAMIENTO ALFONSINISTA. DEJÁ TUS DATOS. ANOTATE YA.


Luego de la muerte de Raúl Alfonsín, indudablemente sobrevino una recuperación de su figura. La sociedad en su conjunto ha comenzado a valorar distintos aspectos de su trayectoria política.



Pero su legado no es neutro. Hay una disputa a veces solapada, a veces mas ruidosa, sobre la experiencia alfonsinista. En esto nosotros tampoco somos neutrales. Pero ante todo reivindicamos la capacidad de ejercitar el pensamiento crítico. Por eso usamos la metodología de taller, porque la construcción del balance del alfonsinismo debe ser colectiva y de abajo hacia arriba.



Raúl representa lo que conseguimos y lo que nos queda por conquistar en esta democracia. Por eso hacemos este taller, porque su legado esta vinculado al pasado, pero también al futuro. Porque al hacernos cargo de la herencia y de los sueños, comprendemos mejor el tipo de lucha que debemos entablar en el presente por la libertad, la igualdad y la solidaridad.

16 de mayo de 2011

PLAN NACIONAL DE INDUSTRIA FERROVIARIA


Para poder integrar federalmente todo nuestro territorio, y para asegurar a todos los ciudadanos un transporte eficiente, rápido, seguro y no contaminante, con Ricardo Alfonsín vamos a llevar adelante el Plan Nacional de la Industria Ferroviaria. El mejoramiento y la recuperación de los distintos sectores del transporte nacional, luego de la gestión kirchnerista que profundizó su deterioro y terminó con un secretario de Transporte procesado y a punto de enfrentar un juicio oral, es un derecho fundamental que debemos restituirle a la sociedad. En este sentido los ferrocarriles ocupan un lugar central por su importancia estratégica en un país tan vasto como el nuestro.



En los últimos 30 años, mientras en el mundo se reinstaló a los ferrocarriles como uno de los más modernos sistemas de transporte, por ser el más económico y el único que recorre todos los territorios bajo cualquier situación climática, en nuestro país el sistema ferroviario declinó hasta la situación crítica de hoy. La industria ferroviaria argentina funcionó hasta 1990 fabricando locomotoras, coches motores, coches de pasajeros, vagones de carga, rieles y componentes de todo tipo. Hoy sólo se dedica a reconstruir o reparar material rodante. Asimismo, a partir del proceso de concesiones, toda la red del sistema ferroviario fue desmantelada con graves consecuencias, no sólo en los servicios discontinuados, sino en el abandono y depredación de gran parte del patrimonio nacional. En la actualidad el transporte de pasajeros interurbano de largo recorrido, y los trenes regionales, prácticamente dejaron de existir.



Nuestra misión será colocar a los ferrocarriles dentro de un gran sistema multimodal de transporte. Lo racionalizaremos, con una adecuada y moderna gestión del mismo. Lo recuperaremos, a partir de la restauración de las infraestructuras, instalaciones, material rodante, servicios de cargas y pasajeros. Y lo modernizaremos, cumpliendo los horizontes del Plan y pensando estratégicamente el sistema ferroviario que el país necesita para las próximas décadas.



El ferrocarril debe ser producto de la innovación y las nuevas tecnologías. No se lo puede concebir como un sistema en sí mismo, sino que debe ser pensado en un marco mayor que es el sistema multimodal de transporte, un sistema global que asegurará el acceso al transporte público en todos los rincones del país.



En la reconstrucción del ferrocarril de cargas incorporaremos nuevo material rodante (locomotoras y vagones), mejoraremos las infraestructuras, renovaremos las vías de la red troncal, fortaleceremos las medidas de seguridad en los desplazamientos y en los accesos a ciudades y puertos, agilizaremos los movimientos en las terminales, cubriremos el déficit de almacenamiento de granos, incorporaremos permanentemente tecnología y formaremos a los recursos humanos.



En el sistema interurbano de pasajeros de largo recorrido y de trenes regionales profundizaremos la integración tren-ómnibus para lograr la mayor cobertura territorial.



En el sistema de transporte metropolitano de Buenos Aires primeramente revisaremos las concesiones ferroviarias y renegociaremos los contratos. Luego avanzaremos en la modernización total y electrificación de las líneas General San Martín y General Roca, y en el Ferrocarril Belgrano Sur y Belgrano Norte incorporaremos nuevos trenes eléctricos. También incorporaremos nuevos trenes para los ferrocarriles Mitre y Sarmiento y renovaremos los sistemas de electrificación de estos ferrocarriles. Luego avanzaremos en la construcción de pasos bajo nivel y en el soterramiento del Sarmiento.



Todo el Plan se asentará en el desarrollo de la industria ferroviaria argentina para que retome los niveles que supo tener en la década del 80 y pase a ser constructora de todo lo necesario para el desarrollo y la modernización ferroviaria. Estamos convencidos de que es posible volver a construir en el país rieles y aparatos de vía y todos los implementos para la modernización de las infraestructuras de vías, así como locomotoras, coches de pasajeros con el confort de los tiempos actuales, trenes autopropulsados, equipamiento informático y sistemas modernos de señalamiento y comunicaciones. Un Plan aprobado y sostenido durante nuestro gobierno como una política de Estado prioritaria alentará las inversiones nacionales e internacionales en el sector, asociando empresas extranjeras líderes con empresas argentinas, para dar el gran salto tecnológico y asegurar el transporte a todos los ciudadanos.

10 de mayo de 2011

INFLACION Y MONOPOLIOS K

Un problema político I


Desde una posición de izquierda, se afirma que la solución de la inflación requiere afectar el actual modelo de acumulación y reproducción de capitales en las instancias de producción, distribución y comercialización.



La evolución del índice de precios al consumidor (IPC) ha recolocado nuevamente la inflación como un tema de preocupación cotidiana, sin que por el momento se muestre un plan efectivo para controlarla. Despejado el horizonte económico para el año en curso –tal vez también para más adelante–, pasada a segundo plano la cuestión de la deuda, la inflación ocupa el centro de las discusiones. Se trata de un dato recurrente de la economía nacional, agravado en esta coyuntura ya que desde la intervención del Indec nadie puede decir con certeza cuál es el dato cierto. Los datos oficiales no son confiables pero los privados tampoco. Un documento de los Economistas de Izquierda de principios del año pasado señala el carácter estructural del alza de precios bajo el sistema del capital: “... en toda formación social capitalista la inflación es resultante de tensiones contradictorias al interior del proceso de producción que se expresan de distintas maneras según la coyuntura”.



Precisamente la particularidad en esta coyuntura es que el comportamiento de ciertos precios básicos de la economía sobre los que cualquier gobierno puede operar no influyen mayormente en el ascenso inflacionario actual. El tipo de cambio está prácticamente anclado: su evolución es negativa respecto de cualquier índice que se tome. Las tarifas de los servicios públicos están contenidas merced a generosos subsidios estatales, que por un lado sostienen la tasa de ganancia de los capitalistas y por el otro mantienen bajo el valor de servicios esenciales para la población. El superávit o equilibrio fiscal actual, según los ingresos que se quieran computar, desestima toda explicación basada en la emisión descontrolada o en el exceso de gasto público, objetivo predilecto de los neoliberales para promover ajustes en la economía. Por si algo faltara, la deuda ya no opera como una fuerte restricción externa como sí lo hacía años atrás con los condicionantes y presiones alcistas conocidas. Ninguna de estas variables que en los años ’80 y ’90 impulsaran los descalabros hiperinflacionarios están presentes en la coyuntura.



¿Cuáles son, entonces, las causas? Hay que buscarlas en la combinación de diversos factores:



1. Ganancias extraordinarias. Las elevadas tasas de ganancias de que gozan los capitalistas en este ciclo expansivo de la economía es hoy el principal motor de la inflación. Según un trabajo del investigador de Flacso Pablo Stancanelli, la ganancia promedio en el período 2002/06 fue del 35,8 por ciento, mientras que bajo el régimen de convertibilidad era del 23,9. De acuerdo a los registros de la AFIP, la rentabilidad sobre ventas de 2009 fue del 7,4 por ciento, en la convertibilidad apenas alcanzaba al 4,0. Los balances presentados por numerosas empresas en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires permiten confirmar estas apreciaciones.



2. Concentración económica. De acuerdo con un reciente informe del Indec, las 500 empresas grandes del país explican algo más del 30 por ciento del PBI; dentro de estas, las 50 mayores aportan más de la mitad de ese porcentaje. Esta concentración, tanto en la producción como en la distribución y comercialización, facilita el comportamiento oligopólico de las empresas formadoras de precios que controlan los mercados en que operan y explica su enorme capacidad para preservar ganancias. La intermediación no solo acompaña esta tendencia sino que la incentiva.



3. Limitada inversión reproductiva. Otro informe del Indec da cuenta de que, en diversas ramas, la utilización de la capacidad instalada es superior al 80 por ciento, esto determina la existencia de los llamados “cuellos de botella” en sectores de la producción y los servicios que presionan sobre los precios por escasez de oferta. Esto pone en evidencia que los capitalistas solo invierten para acompañar la demanda, pero no mucho más.



4. Presión del mercado mundial. El mundo atraviesa una fase de escasez relativa de materias primas y productos energéticos. Esta escasez impulsa los altos precios del mercado mundial que arrastran a los del mercado interno, esta tendencia es particularmente significativa en un país como el nuestro, tradicional exportador de “bienes salarios”.



Puja distributiva


Cuando por estos días comienza a hablarse de la reapertura de las paritarias, y se barajan incrementos salariales que van de un 23 a un 30 por ciento según quien los promueva, no son pocas la voces de empresarios y analistas del establishment que vuelven a la carga con el viejo argumento de la puja distributiva, que los salarios son fuente inflacionaria o que la demanda creciente empuja los precios al alza. Que hay una recuperación salarial a partir del 2004, que especialmente a partir del 2007 esta recuperación del salario horario real supera a la de la productividad es un hecho comprobable, como lo muestra un reciente trabajo del investigador de la UNLu, Fabián Amico. Como también lo es que diversas medidas tomadas por el Gobierno, como la AUH, Plan Argentina Trabaja, estímulos variados al consumo o la recuperación de la tasa de empleo por mayor actividad, impactan positivamente en la demanda, valoración en la que coinciden analistas de diversas tendencias. Sin embargo, este reconocimiento no implica automáticamente que el peso de los salarios en los productos terminados (hoy no representan un porcentaje determinante en el costo final) o que la mayor demanda existente impulsen los precios al alza.



Puede decirse que los gobiernos pueden actuar implementando políticas que estimulen o acoten la inflación, pero esto no puede obviar que son los capitalistas, y no otros, quienes remarcan los precios. En todo caso lo que muestra la coyuntura actual es el fracaso del control burocrático-administrativo implementado por el Secretaria de Comercio o la superficialidad de las explicaciones en cuanto a que se trata de reacomodamientos o dispersión de precios.



En el país hay inflación, y no se resuelve con medidas técnicas o conciliábulos de Gabinete. Es un problema claramente político cuyas soluciones requieren afectar el actual modelo de acumulación y reproducción de capitales en las instancias de producción, distribución y comercialización.



En definitiva, un programa para enfrentar eficazmente las tendencias inflacionarias en el país requiere de una fuerte decisión política en cuanto a la intervención del Estado complementado por diversas formas de contralor social. Un punto de partida indispensable será recomponer la confiabilidad del Indec, comenzando por reponer en sus cargos a los trabajadores, profesionales y personal calificado, injustamente desplazados



Un problema político II


En el suplemento Cash del 10 de abril pasado afirmábamos que en el país hay inflación, no sólo reacomodamiento o dispersión de precios; también se decía que no es un proceso desbordado como lo fuera en los ’80 y ’90.



Se señalaba que ninguna de las variables económicas sobre las que cualquier gobierno puede operar –tipo de cambio, tarifas de servicios públicos, gasto público, emisión descontrolada, incluso la deuda– están influyendo decididamente en la coyuntura. Por el contrario, las causas hay que buscarlas en las contradicciones al interior del sistema del capital y, más allá de errores de diagnóstico y controles fallidos del gobierno nacional, son los capitalistas y no otros quienes remarcan los precios. La lupa entonces debe enfocarse en la concentración económica, en el selecto grupo de empresas y corporaciones que controlan los mercados y son formadoras de precios. En las altas tasas de ganancias de que gozan en todo este período las diversas ramas de la economía. En el déficit de oferta por la escasa inversión reproductiva y en la presión del mercado mundial, particularmente por el alza de materias primas y productos energéticos.



Si el diagnóstico es correcto, sobre estas variables debe operar el necesario programa antiinflacionario, que debe combinar una fuerte presencia del Estado con un también fuerte protagonismo social. Un programa que contemple una primera etapa destinada a frenar abruptamente el alza de precios, luego una segunda que impulse transformaciones de fondo para sostenerla.



Las políticas de intervención inmediata serían las siguientes:



- Plena vigencia de la Ley de Abastecimiento de 1974. Reponer la vigencia de esta ley es central, ya que habilita al Estado a desenvolver políticas activas de intervención en los mercados.



- Eliminación del IVA a los artículos de primera necesidad, lo que debe constituir una rebaja efectiva e inmediata de los precios de esos productos al consumidor. La pérdida de ingresos fiscales puede ser compensada revisando las políticas de subsidios y de exenciones impositivas que en conjunto más que duplican los pagos de la deuda.



- Establecimiento de precios máximos a los productos que componen la canasta familiar.



- Centros Populares de Distribución en barrios y poblaciones carecientes.



- Control de la estructura de costos, en las empresas formadoras de precios, tanto en la producción como en la distribución y comercialización. Este conocimiento permitirá al Estado transparentar las ganancias empresarias y fijar criterios de razonabilidad en los márgenes de rentabilidad, tal como lo prevé la Ley de Abastecimiento.



Estas medidas deben ir acompañadas por el impulso estatal a la participación de los ciudadanos, tanto en su carácter de productores como de consumidores. En las empresas formadoras de precios, creando Comisiones de Trabajadores que colaboren en el control de costos y márgenes de beneficio. En los barrios, Comisiones de Consumidores que garanticen que los productos lleguen a los Centros de Distribución en cantidad, calidad y a los precios establecidos.



Las Políticas de implementación gradual serían las siguientes:



- Avances en la desvinculación de los precios locales de los internacionales. Las retenciones juegan un papel pero resultan insuficientes, dada la situación de la demanda mundial y el alza del precio de los alimentos. Se trata de recuperar funciones reguladoras del Estado en el Comercio Exterior.



- Implementar una reforma tributaria que rompa con la regresividad actual. También que tienda a la eliminación o reducción gradual del IVA, que ponga el acento en las alícuotas de Ganancias; en el impuesto a los Bienes Personales, que muy pocos pagan; en las rentas financieras hoy exentas; en reponer el impuesto a la herencia; en reducir la evasión y las actividades en negro.



- Orientar la acumulación de capitales hacia el sector productivo y áreas estratégicas. Si el capital privado no proyecta grandes inversiones reproductivas, sólo acompaña tardíamente la demanda, y el sector público no radica inversión en sectores estratégicos, el desarrollo del país queda estrangulado, seguirá el crecimiento por estimulación al consumo y por exportaciones y la inflación resurgirá una y otra vez por restricción de oferta.



- Una nueva Ley de Entidades Financieras y la demorada reforma de la Carta Orgánica del BCRA son instrumentos necesarios para movilizar fondos ociosos en poder de los bancos y orientarlos a inversiones en los sectores productivos. El Estado finalmente deberá tomar en sus manos sectores estratégicos como energía y ferrocarriles, para brindar un servicio eficiente y abaratar efectivamente los costos de producción y transporte.



La inflación es un problema político y como tal debe ser enfrentado.



Por Eduardo Lucita *


* Integrante del colectivo EDI - Economistas de Izquierda.


Suplemento Cash Pagina/12 10/04/2011 y 08/05/2011

9 de mayo de 2011

POSTALES DEL "PROYECTO NACIONAL"



“Le dije a la Presidenta, no para que se apenara sino porque es la verdad, que para tomar la decisión más difícil de mi vida, que fue el de mandar el proyecto de enmienda al Congreso, seguí el ejemplo de un luchador y un tipo que dio su vida por sus ideales, y que cada vez que gobernó nunca dejó sus convicciones: el ex presidente y amigo de San Juan, Néstor Carlos Kirchner”, les dijo a sus militantes. “Flaaaco, Flaaaco”, cantaban los jóvenes de la JP Concepto Participativo. Del techo de la vieja casona partidaria colgaba el escudo del PJ y la leyenda “Gioja, Cristina 2011”. Gioja cerró con un pedido: “Hay que acostarse temprano para mañana (por hoy) seguir laburando por San Juan”.




Nuestras felicitaciones por otro triunfo mas del proyecto nacional de trabajo y produccion. JA JA JA

6 de mayo de 2011

PROYECTO CRIANZA


Para terminar con la pobreza y la desigualdad, con Ricardo Alfonsín vamos a generar el gran Pacto Social y Federal contra la pobreza. El desafío que nos plantea la democracia se basa en terminar con las políticas sociales ligadas a los manejos clientelistas y paternalistas, sostenidas desde una óptica asistencialista. El Estado que vamos a reconstruir colectivamente va a plantear de manera fundamental la restitución de los derechos constitucionales y democráticos a todos aquellos sectores que hoy carecen de ellos, y va a efectivizar el conjunto de los derechos ciudadanos, para avanzar hacia una sociedad más igualitaria e inclusiva.



Un eje central del Pacto Social y Federal es poner en marcha el Proyecto Crianza. Será una política global de gobierno con la cual garantizaremos que las familias argentinas en todo el territorio nacional puedan criar a sus hijos con libertad, dignidad y autonomía. Mejoraremos los niveles de vida de todos los niños hasta los cuatro años de edad, porque ésta es una etapa fundante en el ciclo de vida.



La situación social en nuestro país, luego de 8 años de crecimiento económico con el gobierno kirchnerista, sigue siendo preocupante. La mortalidad infantil alcanza hoy al 13,3 por mil de los nacidos vivos, y aumenta en los menores de 5 años al 15,6 por mil. Más del 58% de las muertes de los menores de un año es evitable. La proporción de niños con bajo peso al nacer alcanza el 8,2%, y el 1,1% de los nacidos vivos tiene un peso menor a 1,5 kilogramo.



En primer lugar, vamos a universalizar realmente la asignación a la niñez por ley, convirtiendo un beneficio en un derecho de la seguridad social, como fue nuestra propuesta original, nacida años atrás. Es imprescindible que todos los niños, por su sola condición de niños, tengan un ingreso garantizado.



También vamos a desarrollar en todo el país jardines maternales y centros de cuidado infantil, para que las mamás que trabajan o estudian puedan hacerlo, pero fundamentalmente porque vamos a garantizar los estándares mínimos de crecimiento y desarrollo, equiparando las oportunidades desde el nacimiento. Ello implica tanto estrategias educativas como de salud, nutrición e identidad. Asimismo, nos comprometemos a universalizar la educación inicial, tal como lo establece la Ley Nacional de Educación.



El segundo objetivo es reducir al máximo los índices de mortalidad, así como solucionar el problema de la desnutrición crónica y de la desnutrición oculta. Lo haremos garantizando la adecuada alimentación para cada etapa del crecimiento y estimulando las prácticas de crianza que promuevan un mejor crecimiento y desarrollo, asegurando la alimentación adecuada para las embarazadas.



Vamos a involucrar a los grupos familiares y a la comunidad en su conjunto en el cuidado infantil, para que recuperen la autoridad en las funciones de crianza de los más pequeños. Y vamos a promover la democratización de los roles familiares. Los niños deben ser estimulados para ejercer sus derechos y sus padres deben complementar roles: la madre como mujer trabajadora, estudiante, integrante activa de su comunidad y el padre también, en igualdad de condiciones que su mujer.



Asimismo, es necesario dotar de calidad a los servicios de salud y educación, integrándolos con un mismo objetivo y coordinando los esfuerzos de la nación, las provincias y los municipios. Y para terminar, es preciso que la identidad sea el requisito imprescindible para garantizar la constitución del niño como sujeto, para certificar su condición de ciudadano. Por eso alcanzaremos un registro universal, confiable e integral para todos los niños. Porque no efectivizar este derecho es determinante, es el pasaporte a la exclusión y a la pobreza.



2 de mayo de 2011

QUE BONITA VECINDAD



En los últimos años, o más específicamente en la era K, hemos asistido sin duda a un boom de la construcción. Este es uno de los factores mostrados hasta el cansancio, junto al boom exportador y el del consumo, para explicar la “situación paradisíaca” en la que se encontraría el país.


Es un hecho que la construcción ha crecido a un ritmo constante desde 2003. Como contrapartida solo registró el estancamiento del 2008 y la caída del año 2009, producto comprensible de la influencia de la crisis internacional.


Sin embargo, pese a las luces que enceguecen, se puede ver tras bambalinas algunos aspectos oscuros. Es que la forma de presentar las noticias no son neutrales, y en ocasiones hay datos que ocultan más de lo que esclarecen. El Kirchnerismo es especialista en estos menesteres. “El campo”, “la oposición” “el consumo” “las exportaciones” son colectivos/conceptos que abarcan mucho y aclaran poco.


Hay que ponerse el traje de cirujano para diseccionar un poco estos temas. Aquí lo haremos mas bien como “Jack el destripador” para pensar en otra de las paradojas de la abundancia K. ¿Como se entiende sino el boom de la construcción, al mismo tiempo que se hace cada vez mas evidente el problema estructural de acceso a la vivienda que existe en nuestro país para las clases medias y bajas?


Mucho se habla del rol del Estado: Si si, si no, si mucho, si poco. Muy poco sobre el como y en beneficio de que y quien.


Es evidente que el Estado cumple una función en cuanto a la asignación directa de recursos en la industria de la construcción vía obra publica (sea vial o de infraestructura). Pero también el Estado debe orientar la inversión privada en sectores y de manera que sea beneficioso para la sociedad.


Ni el gobierno nacional, ni el de la Ciudad de Buenos Aires han aprovechado este “boom” de la construcción para tratar de paliar la gravísima crisis de vivienda que tenemos hoy.


El gobierno amagó solo con un plan –anunciado con bombo, bandera y vincha- de créditos para vivienda al que no pudo adherirse nadie. En la Ciudad, Macri vació el Instituto de la Vivienda (IVC).


Pasa que luego del 2001, acompañando una tendencia mundial, muchas veces se usan “los ladrillos” como una forma de poner a resguardo el capital, que se desvaloriza por inflación bajo el colchón y no encuentra otros espacios de rentabilidad, o como inversión especulativa.


Por eso se ve mucho mercado Premium de alquiler de oficinas clase A, mucha vivienda ABC1 (para el segmento de clase alta), mucho condominios y edificios de alta gamma. Bien equipados con nuevas comodidades (amenities): por ejemplo microcine, obras de artes de artistas, Internet WIFI, pileta climatizada, canchas de tenis, cocheras por departamento, un maitre a disposición las 24 horas, sauna, sala de masajes, gimnasio y un business center, entre otras cosas.


Ubicados en la zonas mas privilegiadas (Puerto Madero, Olivos, Vicente Lopez, Tigre); con precios para la venta -según fuentes del mercado- donde el valor del m2 construido de alta gama oscila entre US$3.500 y US$7.000; sin créditos hipotecarios; con el Banco Hipotecario en manos del Grupo Irsa (aliado incondicional del Gobierno Nacional); parece ser -junto a la industria del juego- una pata mas de la economía del lavado.


Ante este cuadro es imposible no preguntarse: si soy de clase media, trabaja mi señora, trabajo yo, mando a mis hijos a la escuela pública, nos manejamos con obra social, no tiramos manteca al techo pero tampoco lloramos miseria; no nos da ni para empezar a pensar en una vivienda propia, ¿Quien carajo es en esta Argentina el que tiene la guita para comprar o alquilar lo que hoy se construye?


Esperemos que el boom, no explote.

¿Por qué la UCR? ¿Por qué Alfonsín?

Estamos en un año en el que se elige presidente en nuestro país y en el cual se vive una vorágine diferente a la de otras épocas. Sin embargo, y aunque nuestro compromiso militante se plasme en la acción todas las semanas, meses y años, haya o no elecciones, estos momentos también son propicios para poder transmitir nuestras ideas y, en esta ocasión, hacer una breve explicación acerca de por qué somos parte del proyecto político que encarna Ricardo Alfonsín.


Nos parece central en este momento histórico de nuestro país ser parte de la construcción de una tercera opción política. Estamos hablando de una opción de cambio entre el corporativismo populista del kirchnerismo, engañosamente progresista, y la derecha liberal e individualista del PRO, representante de los peores valores humanos que nos ha legado el avance neoliberal de las últimas décadas. Somos conscientes de que un sistema político así articulado entre estos dos sectores es ajeno a las demandas de grandes sectores sociales, particularmente de aquellos en situación más precaria, continuamente postergados en la era del desinterés social y la apatía política, y acreedores de una democracia maltratada que debemos recrear. Pero también es indiferente para amplios sectores medios que siguen teniendo insatisfechas sus demandas de mejor calidad de vida y no ven cómo el enorme crecimiento económico, repetido como un latiguillo por monótonos y genuflexos funcionarios de gobierno, repercute de manera positiva en su cotidianeidad. Por eso estamos convencidos de que Ricardo Alfonsín encarna esta opción de cambio. Tenemos conjuntamente una visión socialdemócrata e igualitaria de la sociedad. Como él, vemos la política íntimamente asociada a la participación, a la solidaridad y al compromiso ciudadano. Sabemos que necesitamos regenerar un proceso político propio que otorgue progresivamente derechos y se plantee como objetivo prioritario las transformaciones sociales necesarias para la construcción de la democracia social y de una igualdad que consideramos precondición de la libertad. Profundizar los procesos de democratización dentro de la construcción de un Estado más dinámico y soberano, frente a los ejercicios vigorosos de los poderes fácticos, corporativos y sectoriales, nos parece ineludible. Pero ampliar las fronteras de la democracia y buscar mayores niveles de equidad requiere un trabajo conjunto y un compromiso colectivo. Entendemos que para estar a la altura de estas circunstancias históricas debemos ser capaces de trabajar por la construcción de un frente progresista que exponga mayoritariamente en la arena política este proyecto transformador. Por eso es una obligación moral cimentar un gran frente con otras fuerzas del campo popular con las cuales compartimos una cosmovisión similar en cuanto a edificar este gran movimiento colectivo, plural y participativo, con la esencia propia de cada sector, pero con un mismo faro que oriente el camino de todos. Nuestra responsabilidad como radicales y militantes políticos es dar esta batalla cultural en el campo de las ideas. Y este proyecto será exitoso si se monta en una condición que creemos irrevocable: recrear un partido de mayorías que se inserte en los grandes sectores populares y que sea una verdadera herramienta para el cambio, un partido que funcione como un auténtico canal de demandas sociales y que se plantee de manera determinante la reconstrucción de los lazos sociales de igualdad.

25 de noviembre de 2010

16 de noviembre de 2010

ANULACION DE LOS CONTRATOS PETROLEROS



“No hay país soberano que resigne el control de sus recursos energéticos a manos de las leyes del mercado, a sabiendas de que ello significa hipotecar su crecimiento y desproteger a sus futuras generaciones”. Arturo Illia (1964)


”Los hemos anulado por una razón o causa política: porque interfieren la soberanía económica de Argentina. De manera que la resolución del Gobierno Argentino supera cualquier sobresolución o cualquier explicación de carácter jurídico”. Arturo Illia a A. Harriman enviado especial del Presidente John Kennedy (1964)

El 15 de noviembre se cumplirá un aniversario mas del dictado de los Decretos nº 744 y 745 de 1963, mediante los cuales el Presidente Arturo Illia procedió a anular los contratos petroleros celebrados por Arturo Frondizi , por ser delictivos, ilegales y perjudiciales para los intereses de la Nación. En la preparación de los decretos fue factor fundamental Carlos Alconada Aramburu e interivnieron, entre otros, Acdel Salas, Adolfo Silenzi de Stagni, Antulio Pozzio, Juan Sábato, e incluso uno de los pocos peronistas que apoyó la medida Héctor Masnatta.

21 de octubre de 2010

BASTA DE IMPUNIDAD.


Mariano Ferreira, joven militante del Partido Obrero, fue muerto ayer por el simple hecho de reclamar por el pase a planta permanente de compañeros trabajadores terciarizados de los ferrocarriles de la Linea Roca.


Expresamos nuestra solidaridad activa con la familia y compañeros de la victima; y con la lucha por un modelo sindical más libre y democrático.


Expresamos la aspiración a vivir en un país en donde la democracia sea, como decía Raúl Alfonsín “una forma de vida”, y poder dejar atrás estos hechos de violencia.


“La brutal emboscada que sufrió Mariano se entiende por el modelo sindical sostenido y fogoneado por este gobierno, que le da recursos e impunidad a estos mercenarios”

“La ausencia de libertad y democracia sindical, sumado a la red de complicidades que da impunidad, son parte del esquema mafioso que destruyó el país en los`90 y ahora pretende silenciarnos”.


Adherimos al paro nacional y convocamos a la movilización de hoy a las 17hs en Callao y Corrientes para exigir:


-Investigación de los autores materiales y políticos crimen.

-Investigación de la responsabilidad policial.

-La inmediata democratización sindical.