3 de junio de 2008

EL AMO JUEGA AL ESCLAVO

Volver a la política.
En los últimos meses, a partir del conflicto del gobierno nacional con las organizaciones agrarias se ha abierto la posibilidad de volver a la política.
Los lugares de trabajo, los trenes, y los bares se han visto desbordados por una cantidad de neo sociólogos, cientistas políticos, ingenieros agrónomos, que sin títulos y casi sin darse cuenta opinan sobre todo.
Aprendimos en estos meses sobre la rotación de la tierra, los commodities, y el ciclo económico; sin embargo, los conceptos más escuchados no van mas allá de “negros de mierda”, “chetos”, y seguimos sin la mas puta idea de lo que es una retención. Igual todos tomamos partido.
Le correspondería a los partidos políticos y sus dirigentes elevar el nivel de debate para ordenar los términos y dejar de discutir como river / boca o divinas / populares; sobre todo teniendo en cuenta el alto grado de xenofobia de la sociedad, producto de la ignorancia.
Habría que jugarse un poco más y ser más claro a la hora de definir que modelo de país queremos, una discusión aún ausente.


Rol del Estado.
El gobierno hace uso de un lenguaje que manipula la opinión pública con la complicidad involuntaria de gran parte de la oposición, que reproduce el escenario político que le conviene al gobierno nacional y le da credibilidad a su relato.
En vez de salir a romper ese escenario en donde el gobierno se propone como la centro izquierda, y mostrar las contradicciones del modelo K; preferimos dejarle la bandera de la distribución de la riqueza y la intervención del estado. Aunque sea la bandera y nada más.
Mientras tanto el gobierno sobreactúa lo que le falta.
Habla de distribución de la riqueza como si dependiera de la buena voluntad de los empresarios; y no toma una sola medida al respecto.
Bajo la etiqueta de modelo productivo quiere hacer creer que reconstruye el Estado de bienestar o reimpulsa un modelo de sustitución de importaciones. Cuando se mira al espejo cree ver al primer Perón, olvidándose como decía Marx que la historia se da una vez como tragedia y otra como comedia.
Quiere aparecer como el peronismo de 1950 pero es el Plan Pinedo de 1940.
Lejos está el intento de construir un modelo industrial mercado internista, en donde el aumento del salario sea interpretado como un beneficio futuro para un empresariado nacional, productor de bienes de consumo popular.Un círculo virtuoso que no contradice en primera instancia el aumento de la producción, la ganancia empresaria y el aumento del salario real (mas allá de las contradicciones entre capital y trabajo que nos mostró Marx).
Hoy tenemos una economía orientada a la exportación, donde el salario es el principal costo a bajar por los empresarios para aumentar sus tasas de ganancia. En un mercado dominado por los monopolios que cada vez mas concentra y extranjeriza con complicidad del gobierno.


Jauretche volvé.
En los últimos días se ha hablado de la posibilidad de recrear algunos instrumentos intervencionistas para que el Estado se meta en el mercado.
Primero aclararemos que el "mercado libre" no existe, que es simplemente una utopía reaccionaria. La economía siempre esta "dirigida". Como todo campo de acción social, es un espacio donde existen actores sociales y una relación de fuerzas entre ellos. Que el Estado haya desertado de este ámbito en las últimas décadas, siendo reducido su margen de maniobra, es otra cosa.
En segundo lugar, que el Estado recupere herramientas políticas, es bueno, claro que si. Pero de ahí a que distribuya en forma progresiva la riqueza automáticamente hay un trecho muy largo.
Basta con recordar los primeros mecanismos de intervención que luego configurarian en otro contexto el Estado de bienestar.
Luego de un primer momento de reconfiguracion del rol del Estado en la relación entre capital y trabajo durante los primeros gobiernos radicales, como manera de superar la crisis internacional que golpeaba a la argentina, los gobiernos de Uriburu y de Justo empezaron a insinuar la necesidad de que el Estado asuma un rol mas activo. Se creó el Banco Central, la Coordinación de Transportes, así como la Juntas Reguladoras de productos básicos de la economía familiar.
Sin embargo lejos de beneficiar los intereses populares, la intervención del Estado se hizo para salvar los intereses de la clase dominante. Una clase dominante que no era la misma que antes de la crisis, que había cambiado para adaptarse a las nuevas esquemas de acumulación de capital. Era la vieja oligarquía terrateniente que se había diversificado, adquiriendo intereses en sectores industriales y relacionándose con el capital financiero internacional.
Vale agregar que hoy el Estado también intervine, aunque son mas que dudas las que quedan en cuanto a su rol progresivo.
El ONCAA (ente que controla la comercialización agropecuaria) el año pasado distribuyó subsidios que fueron casi en su totalidad apropiados por un pequeño grupo de empresas oligopólicas de cada sector.
Se mantiene el 3 a 1 haciendo intervenir al Banco Central en la compra venta de dólares, lo que constituye un subsidio indirecto al capital exportador.
Se realizan subsidios directos a empresas privatizadas prestadoras de servicios públicos sin condiciones.
Se negocia año a año un techo para las demanda salariales con los sindicatos amigos.

En palabras de don Arturo Jauretche:
"Lo que interesa es en beneficio de quien se dirige."
"El problema sigue siendo el mismo, si el amo es el mismo... Se trata de saber si los fines y los medios son nacionales porque dirigismo hay siempre..."

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